10.05.2011
Este trofeo de máximo goleador nunca lo ha logrado. En otra oportunidad, en la temporada 2005/06, también en el Valencia alcanzó los 25 goles, pero por uno se lo arrebató Samuel Eto'o, entonces en las filas del Barça. Al margen de estas dos temporadas en que quedó segundo, las cifras goleadoras de Villa casi siempre han estado por debajo de la veintena.
Es cierto que, dado el estilo de juego del Barcelona, Villa debe tener más facilidades para marcar goles en el Barcelona que en cualquier otro equipo. Sin embargo, la experiencia dice que la adaptación al sistema de posición y al influyente rol de Messi no es fácil. La prueba la tenemos la temporada pasada en la que todo un delantero contrastado en altos niveles competitivos, como es Ibrahimovic, no consiguió integrarse.
El Guaje sí parece haberse adaptado a sus compañeros, gracias a la ventaja del idioma y del conocimiento de muchos jugadores de la Selección, e incluso se podría decir que existe un alto nivel de entendimiento con la Pulga. Al menos, así se apreció en la primera parte de la temporada.
Últimamente, sin embargo, se observan ciertas disfunciones en la asociación entre ambos. Da la impresión de que Villa depende exageradamente de Messi, sabedor de que es el jugador más determinante y a veces peca de apoyarse en exceso con el argentino. Otras es como si no entendiera los espacios que va generando su compañero en esos ya típicos eslalon; y a veces sufre el excesivo individualismo de la estrella, que cegado por el gol, no ve otros desmarques, lo que, dada la brillantez de La Pulga, es perdonado por todos.
Lo que sí se adivina en su juego es una falta de chispa que le impide anticiparse a la defensa en sus regates y disparos. Es como si se entretuviera en exceso, como si tardara en realizar el control antes del remate. Puede que desacostumbrado a tanta tralla, a partidos cada tres días, con dificultades para rotar por la lesión de Bojan, el cansancio le esté haciendo mella. Hay que tener en cuenta que la temporada la empezó tras un intenso Mundial, en el que por cierto, casi se proclama máximo goleador.
El año de Villa no podría calificarse como malo, ni mucho menos, pues su balance realizador es notable. Su actitud en la adaptación parece muy apropiada y puede, que sea en la segunda temporada, cuando el conocimiento del tipo de juego culé, le permita alcanzar mejores prestaciones. Ahora, al Barça no le iría nada mal que se pusiera a punto para Wembley. Algunos días tiene para tomar aliento con vistas a esa gran cita.
Quelle;Cluemania
http://culemania-sito.blogspot.com/2011/05/la-falta-de-chispa-de-david-villa.html